Instituto Emilio Campuzano

Instituto Emilio Campuzano, un edificio con muchas vidas e historia para conocer al visitar Bilbao

El Instituto Emilio Campuzano es uno de los edificios con historia que merece la pena conocer al visitar Bilbao. Especialmente si te interesa el arte, la arquitectura, la historia y lo llamativo. A lo largo de los siglos ha tenido diferentes nombres, distintas vidas y varios cometidos. ¿Quieres descubrirlo?

Instituto Emilio Campuzano, un edificio con muchas vidas e historia para conocer al visitar Bilbao.

Dónde está el Instituto Emilio Campuzano y por qué verlo al viajar a Bilbao.

Está situado en un lugar céntrico del Bilbao histórico, en el barrio de Atxuri, junto al Casco Viejo. Muy cerca de otras construcciones emblemáticas y con solera en la Villa, como la iglesia medieval de San Antón y el histórico puente del mismo nombre. A día de hoy alberga un centro educativo público de formación profesional en el que conviven la innovación y modernidad con elementos cargados de historia y el encanto de lo antiguo.

Para los cientos de alumnos que cursan en él sus estudios seguramente sea un espacio más del Bilbao moderno. Un lugar cotidiano. Para los turistas y viajeros que llegan a Bilbao, un edificio de aspecto señorial, con una imponente entrada que llama la atención. Para los estudiosos de la arquitectura y la historia, un lugar cargado de vida y con muchos secretos escondidos. Para el fotógrafo, un espacio donde lo antiguo y lo nuevo se funden, un lugar de otro tiempo que ha encontrado acomodo y utilidad en la vorágine del s. XXI.

Si te has propuesto visitar Bilbao y conocer los lugares que han formado parte de la vida de sus gentes antaño y los espacios más concurridos del Bilbao post millenial, acércate al Instituto Emilio Campuzano. Lo encontrarás muy fácilmente si has decidido hacer un trayecto a lo largo de la ría y sus puentes. También está muy cerca de otros lugares de interés para el visitante como los gastrobares del Mercado de la Ribera o el colegio Maestro García Rivero.

Las múltiples vidas de un edificio neoclásico en el corazón de Bilbao.

Antes de la construcción del actual edificio del Instituto Emilio Campuzano, en el lugar se alzaba un hospital asilo, el Santos Juanes. Durante más de dos siglos,  entre 1469 y 1685, atendió a miles de enfermos. En sus últimos casi 25 años se convirtió en hospital clínico. A día de hoy, la plaza en la que se ubica el Instituto Emilio Campuzano se llama Plazuela de los Santos Juanes, en honor a su origen.

En 1685 el lugar se amplió con una reconstrucción sobre la planta del antiguo hospital. Siguió asistiendo a enfermos, e incluso en 1724 contrató a un cirujano.

Entre 1818 y 1835 se construyó el actual edificio neoclásico que debía ocupar el solar del antiguo hospital y la iglesia anexa para albergar un Hospital Civil (PDF) . El arquitecto encargado fue Gabriel Benito de Orbegozo. Se construyó teniendo en cuenta las entonces modernas construcciones de hospitales ingleses y franceses. Espacios amplios fáciles de ventilar y que recibían la luz del sol.

Menos de un siglo después, en 1903, el edificio del actual Instituto Emilio Campuzano da un giro en lo que a su uso se refiere. La construcción de un hospital más grande y moderno, el de Basurto, aún en funcionamiento, obligó a ello. Tras unas obras pasó a convertirse en Escuela de Artes y Oficios y de Capataces. Y cuatro años después su patio se reformó para albergar la primera sede del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Esta se amplió en 1923.

Tres décadas más tarde, en 1953, se reforma y convierte en Escuela de Maestría Industrial. Y en 1984, tras las terribles inundaciones que asolaron Bilbao a finales del verano de 1983, vuelve a reformarse para convertirse ahora sí en el actual Instituto Emilio Campuzano. Un centro educativo que forma alumnos en distintas áreas, con una oferta formativa variada que incluye ciclos de artes gráficas, electrónica, fabricación mecánica, edificación y obra civil, entre otros.

Qué vas a encontrar al acercarte al Instituto Emilio Campuzano.

Visitar Bilbao supone encontrarse con edificios de distintas épocas. El contraste entre los espacios vanguardistas y antiguos es grande. El Instituto Emilio Campuzano llama la atención desde el exterior por su señorial pero sobria fachada principal, con escalinatas, altísimas columnas que forman el llamativo y solemne pórtico tetrástilo toscano.

Si te acercas un poco más podrás descubrir detalles que quedan ocultos para el viandante que pasa por su lado a diario. Como el mural de su entrada. O las antiguas máquinas protegidas y expuestas en su interior. Desde fuera es difícil imaginar las aulas con equipamiento moderno, que alberga un frontón e incluso un jardín casi secreto.

Unos 1.500 alumnos, decenas de docentes y otros profesionales hacen su vida a diario entre las paredes del edificio neoclásico. El turista puede sorprenderse al ver a horas determinadas decenas de adolescentes y jóvenes subiendo o bajando la escalinata de su fachada principal y llenando de un alegre bullicio la zona.

Es un espacio tan lleno de vida como de historia. Y un buen reflejo de cómo una ciudad moderna se mide tanto en sus nuevas construcciones como en el saber aprovechar  y sacar partido a aquellas que también utilizaron sus antepasados.

Si vas a viajar a Bilbao por trabajo o por placer y no te conformas con visitar solo los lugares más turísticos, acércate al Instituto Emilio Campuzano. También si te interesan el arte y la arquitectura. O si te fascina la transformación de las ciudades. Descubrirás un espacio lleno de vida, imponente e histórico. Y podrás fotografíar ese contraste entre lo antiguo y lo actual que tan artístico puede resultar en una ciudad que hace gala de ello.